En este contexto creo que lo urgente en la región son las violencias económicas y las violencias alimentarias. De parte del Estado no hay ninguna ayuda. Estamos en la periferia dentro de la ciudad de Rosario, en una comunidad que está compuesta por 17 sectores divididos con distintas comunidades indígenas, que están registrados desde el 2014 y reconocidos por el Estado Provincial y Municipal. Estos sectores siguen en una situación de emergencia en el contexto de violencia de género.
Por Noelia Naporichi, Mujer indígena de la nación Qom Activista indígena.
Toda mujer indígena que está en la periferia padece violencia ya sea de género, violencia física, psicológica, económica y también el desamparo de la Justicia. Somos pocas las personas que acompañamos estas situaciones, que trabajamos con diferentes Secretarías como intermediarias para que se realice y se cumpla los derechos de muchas.
Hay casi un 85% de familias que no tienen cómo alimentarse en el día a día. La mujer indígena aún sigue estando en el olvido muchas veces. En cuanto a las políticas públicas, creemos que para prevenir deberán tomar la palabra y la voz de la mujer indígena en el momento de crear programas, proyectos o intervenciones. Muchas hermanas no están escolarizadas y no reciben una educación, como la tienen los que realizan estos programas con títulos grandes. Sueño con una política pluricultural, pluridiversa, en donde todas discutan y empiecen a plasmar la mirada indígena desde las dualidades complementarias. Sueño que el derecho no sea solamente pensado para una sola, sino que sea para todas las mujeres, de diferentes identidades, cuerpo o colores.
