Se estrenó “La memoria que habitamos”: una película sobre Silvia Filler

En el marco del 37 Festival Internacional de Mar del Plata, se estrenó la película La memoria que habitamos dirigida por Diego Ercolano. Varias presentaciones en Cines de la ciudad colmaron sus butacas para asistir a un documental que reconstruye la escena de la asamblea de estudiantes en un aula del Rectorado de la Universidad donde un grupo de la CNU irrumpió en el lugar con armas de fuego y asesinó a una estudiante de arquitectura llamada Silvia Filler. Desde Sudestada, nos hicimos presentes en el estreno para registrar las voces y los impactos que generó esta película en la comunidad marplatense y en los protagonistas que vivieron esos minutos de horror en 1971. Muches de quienes participaron de esa asamblea, hoy se encuentran desaparecidxs. Es este documental un ejercicio de memoria y un homenaje a todxs ellxs.

Por Natalia Bericat

Mar del Plata fue uno de los lugares con mayor número de Centros Clandestinos de detención y cantidad de personas detenidxs desaparecidxs. La muerte de Silvia, su asesinato, es una bisagra para pensar la historia política y social de la ciudad, en un lugar donde todavía se escuchan los discursos fascistas de quienes fueron parte de la persecución y exterminio de una generación que le puso el cuerpo a la búsqueda de una sociedad más justa e igualitaria. Lo digo con todas las letras: a mi hermana la mató la CNU, dijo Lila Filler en la presentación.
Silvia Filler era una de esas jóvenes que hoy recupera esta película. Vemos La memoria que habitamos mientras se reconstruye una escena que condensa no solo una biografía de una estudiante de 18 años, sino que además contiene toda nuestra historia reciente. Vemos la película desde sus vísceras. Nos introducimos en la cocina de la reconstrucción histórica y emotiva de la memoria colectiva y nos hacemos parte como espectadores de eso que se está produciendo en la pantalla. Las voces van y vienen. El tiempo relampaguea para dar cuenta de esos fragmentos que quedaron impresos en imágenes y en el registro periodístico de la época. La voz de la familia se une al bullicio de los estudiantes en los pasillos de la Universidad. Los rostros de los sobrevivientes se fusionan con las caras de esos adolescentes que hoy intentan representar a aquellos que ya no están o que han quedado marcados por la violencia política en Mar del Plata.

Cada relato, cada entrevista, va uniendo los hilos. De a poco se va tejiendo el relato mostrando todo: los cortes, las hilachas, los retazos de lo que el arte una vez más es capaz de reconstruir. Estamos frente a una mortaja, frente a un manto sagrado al que se lo tuvo que hilar y coser para poder ver la totalidad de la historia. Frente al ocultamiento de las fuerzas represivas, y muchas veces del Estado cómplice, el cine pone luz sobre sombras y nos muestra la verdad, ese relato oculto y enterrado que los verdugos han escondido en algún cajón, ese del que nos habla el siniestro Ullúa en la película y que lejos de compadecernos, entendemos que no hay más que dar vuelta esos cajones ocultos y sacarlos a la luz para que todo se sepa, para que la justicia y la verdad se hagan presentes.

Las emociones recorrieron la sala del teatro Colón y cada unx pudo expresar esas emociones que durante 50 años pedían salir. Gracias a todas y todos los que formaron parte de esta película colectiva que hicimos entre un montón de gente de Mar del Plata. Eso nos llena de orgullo porque queríamos estrenar en este festival. Hicimos todo para estar en este festival. Es una producción exclusiva de la Universidad Nacional de Mar del Plata. Sin las hermanas de Silvia no hubiese sido posible contar esta película desde adentro. Cuando pensamos esta película con Federico Polleri, pensábamos que era fundamental que sea desde adentro así que es muy lindo y fundamental para quienes hicimos este documental, dijo Diego su director en el inicio de la presentación.

A la voz del director, se sumó Alberto Rodríguez, Secretario de Comunicación y RRPP de la UNMDP en el lanzamiento de su primer película: Después de tanto tiempo, de muchos sueños y de muchos años que han pasado para que el homenaje a Silvia Filler después de los 50 años del asesinato por parte de la CNU pudiera tener esta película que nos ha conmovido a todos así que estamos sumamente orgullosos de formar parte de nuestra querida casa que es la Universidad Nacional de Mar del Plata.

Por otro lado, Federico Polleri, quien estuvo a cargo de la investigación y de realizar muchas de las entrevistas presentes en la película dijo: Estamos muy conmovidos y conmovidas, así que cuesta un poco hablar. Trabajamos mucho tiempo. Hace dos años y medio empezamos con el proyecto inicial. Las primeras ideas. Fue un proceso que combina porque este tipo de proyectos los guiones no son acabados, hasta que no se comienza el proceso de rodaje y montaje no se termina de guionar así que es un trabajo que hicimos con Diego muy intenso en todo este tiempo. Más o menos fueron dos años y medio desde que comenzaron las ideas hasta que terminamos la película, y en el medio la pandemia que fue lo que hizo que el diseño de producción se fuera adaptando a las posibilidades que teníamos.


Y agregó en relación a la entrevista a uno de los condenados a partir de la pregunta del medio La Azotea: Fue un debate grande el de incorporar o no una entrevista de Ullúa o a alguien de la CNU. Lo hablamos bastante desde el equipo de la película. Ellos no hablaron y nos parecía un desafío escucharlos y saber qué tenían para decir. La justicia no nos dio con claridad qué fue lo que pasó. Podemos reconstruirlo a partir de declaraciones que fuimos haciendo. Teníamos que armar ese rompecabezas y nos parecía que tener la voz de un integrante de la CNU podría contribuir a estar más cerca de la verdad. Un dato importante es que excarcelaron a Ullúa hace unos meses y está con libertad condicional. Nos enteramos de esto después de haber terminado la película. Nos parece gravísimo y esperamos que se pueda revertir esta situación.

A mí lo que me pasa con el testimonio de Ullúa, puntualmente, que tiene que ver con la experiencia de haber hecho la entrevista, y que lo charlamos mucho en esas horas de viaje de vuelta en esas cinco largas horas, es que lo más perturbador que encuentro yo ahí es que cuando uno va a entrevistar a alguien que está condenado por estos crímenes, por asesinatos, va a encontrarse a un monstruo. Esa es la representación: un monstruo que no es humano. Lo perturbador es llegar ahí y encontrarte con una persona de 69 años común y corriente. Eso perturba y es importante ubicarlo en ese lugar, porque nos permite desarrollar una de las hipótesis o uno de los planteos que pretende ofrecer como planteo la película que tiene que ver con que revisar ese pasado no es solamente para ir para para atrás, sino para pensar nuestro presente y pesar hacia adelante.

Yo creo que las personas que son capaces de cometer esos crímenes, son personas con ideologías de derecha, fascistas, pero que son habilitados por circunstancias históricas concretas. Quiero decir que, lo que haya hecho que esa persona haya cometido esos crímenes, es que hubo un contexto que lo habilitó. Son los hijos sanos del capitalismo, así como el feminismo ha plantado que los agresores sexuales son hijos sanos del patriarcado. Tenemos que estar en el presente muy alertas en eso porque cuando se modifican los contextos, y los contextos empiezan a habilitar, y como por ejemplo cuando le gatillan en la cabeza a la vicepresidenta de la Nación y parece como que no paso nada, me parece que es algo para preguntarnos. Una de las cosas que nos preguntamos es: ¿Cuántas señales tuvo que haber habido antes del asesinato de Silvia, para que su muerte sea una bisagra en el desarrollo de la violencia política de la ciudad?¿Cuántas señales se dejaron pasar o no se dimensionaron?

Belén Manetta, la profesora de teatro del Colegio Illía estuvo a cargo de la participación de lxs estudiantes en esta película. La memoria que habitamos se vuelve fundamental para las nuevas generaciones, esos guardianes de la memoria que llevarán hacia el futuro las voces que nos arrancaron en estos últimos 50 años: El trabajo con les estudiantes fue posible gracias al vínculo con Lila, con la historia. La propuesta era abordarla desde la cátedra de teatro. Nosotros trabajamos con improvisaciones en Ciclo superior y era entonces improvisar algunas situaciones que Fede (por ahí eso no salió en la peli pero él nos iba contando relatos de los testigos). La idea era jugar, en el sentido serio de la palabra, esas situaciones. Muches de elles tienen asambleas encima y entonces no es tan ajeno. Si bien es lejano en el tiempo, no es tan ajeno. El el Colegio Illia se respira política en los pasillos también y eso está buenismo. Jugamos a ver qué pasaba, a ver cuáles eran esos posibles diálogos. En la escena final de la asamblea eran como noventa o cien estudiantes y teníamos que ver que pasaba con ese clima. Realmente cuando sucedió, porque no sabíamos qué iba a resultar de eso, quedamos todos impactados. Fue fuertísimo estar en el contexto de ese lugar, tan bien reconstruido acá por les compañeres, con toda esa carga. Los chicos y chicas pudieron hacerse cargo de esa situación, como ustedes lo vieron ahí. Reconstruimos la historia y la habitamos desde el presente con las juventudes de hoy.

Según Rosana Cassataro, artista plástica de la ciudad de Mar del Plata e hija de desaparecidxs, reconstruir el aula fue una tarea que los atravesó a todxs: fue muy movilizador trabajar en la intervención del espacio donde la CNU mató a Silvia Filler. Intentar que esas paredes vuelvan a mostrar lo que se vivía en 1971, la nicotina acumulada, las consignas que se escribían a los apurones con carbonilla o grafito, las tarimas, las luces. Con el equipo de laburo que coordinó Juan Ignacio Echeverría, integrado por Natalia Beresiarte, Fede Castello y Claudio Copes creo que fuimos logrando que el lugar, ya provisto de una carga simbólica muy fuerte, irradie el clima de esa época.
Y en cada jornada recibíamos visitas de trabajadoras y trabajadores universitarios con sus recuerdos sobre el crimen, si un pariente estuvo en la asamblea, si un compañero le contó qué cosa, sus preguntas sobre el caso.. realmente vimos que causó un impacto en la comunidad universitaria, la película sacudió su trama ya desde su producción. Y ahora en cada proyección, con el posterior debate, la construcción de memoria continua, con sus miles de aristas, perspectivas y complejidades. Nos activa, nos pone en alerta para pensar el presente y el futuro de los y las Silvias.

La memoria que habitamos
Participan: 
Lila Filler, Marta Filler, Federico Polleri, Estudiantes del Colegio Arturo Illia, Belén Manetta, Carlos Cervera, Ricardo Gonzalez, Mary Roldan, Daniel Medina, Pablo Mancini, Marta Rueda, Daniel Bary, Jorge Salas, Mónica Quiroga, Juan Gatamendy, Susana Méndez, Juan Ladeuix, Juan Ignacio Echeverría, Rosana Cassataro, Daniel Villalba.
Ficha Técnica:
Dirección: Diego Ercolano / Investigación y Guión: Federico Polleri / Producción Ejecutiva: Federico Polleri, Fabián Monteagudo / Asistente de Dirección: Lucas Allú / Fotografía y Cámara: Luciano Paciotti, Mariano Rendino / Sonido y Post: Gabriel Virga, Mauro Carusso / Montaje y Post: Diego Ercolano / Dirección de Arte: Juan Ignacio Echeverría / Realizaciones en Aula Magna: Juan Ignacio Echeverría, Rosana Cassataro, Natalia Beresiarte, Federico Castello, Claudio Copes / Diseño Gráfico: Luciano Alem, Agustina Cosulich / Asesoramiento Jurídico: Marcelo Galaverna / Producción: Alberto Rodríguez, Hernán Gáspari / Producción General: Universidad Nacional de Mar del Plata, Fundación Universidad.
Autoridades UNMDP:Rector: Alfredo Lazzeretti / Secretario de Comunicación y Relaciones Públicas: Alberto Rodríguez / Director de Contenidos Audiovisuales: Hernán Gáspari 

Anterior

Norita Cortiñas: “No vayamos al pozo sin luchar”

Próxima

“Nos dejaban detenidas, aún cuando terminó la dictadura”