El humorista gráfico Fernando Sendra publicó una historieta en Clarín burlándose de la decisión de la Inspección General de Justicia que determinó que las asociaciones y sociedades deberán tener una composición que respete la diversidad de género. Si bien la viñeta recibió un repudio masivo en redes sociales, algunas personas salieron a defenderlo alegando una presunta censura contra la libertad de expresión. Quienes sostienen esta postura argumentan que el humor no debería tener límites. A ellos, les preguntamos: ¿Nos podemos seguir riendo de chistes machistas mientras una mujer muere cada 29 horas a manos de un femicidio? ¿Realmente les parece un detalle hablar de paridad de género?
La violencia simbólica está tipificada por la Ley 26.485 de Protección Integral de las Mujeres. En ese sentido, la historieta de Sendra se suma a una serie de viñetas misóginas que ha publicado a lo largo de los años y que no son inocentes. Sabemos que el humor funciona como uno de los mecanismos más eficaces a la hora de construir sentido y perpetuar las desigualdades y la opresión. No podemos entonces hablar de libertad de expresión, sino de discursos de odio que deben ser visibilizados.