Sudestada cumple 21 años

Detenete un minuto en esta foto. No la mires con los ojos de ahora, ya sabemos que está mal impreso, mal diseñado, mal cortado ese papelito que venía a ser una especie de “ticket” que te aseguraba que te iban a llegar 5 ediciones de Sudestada por 10 pesos. Tampoco pienses en la devaluación del peso ni en este presente tan incierto. Atrás de ese papel hay una ilusión. En definitiva, solo eso, y no es poco. La verdad es que la ilusión era lo que mejor podíamos ofrecer porque no había otro horizonte más que cumplir con nuestra palabra de llegar a 5 revistas para quienes nos daban el dinero adelantado.

Por Ignacio Portela

“Ahora más que nunca, a contramano de estos tiempos, vamos a construir algo más que una revista cultural…”, escribíamos allá por 2001. Qué delirantes, pensamos ahora pero qué lindo era soñar. De solo pensar lo que hicimos para llegar hasta acá, la nostalgia nos ganaría. Pero no estamos para eso. Estamos para hablar de porqué un proyecto como el nuestro llegó a cumplir 21 años en la calle. Porque desde nuestro rudimentario número 1 de la revista a la actualidad creímos en la autogestión, defendimos con el cuerpo y la palabra la consigna de no a la pauta publicitaria de ningún gobierno, entendimos que hacer un camino propio aunque nos cueste en lo físico era nuestro aporte. Sudestada es lo que es porque a veces los planetas se alinean, porque la magia sucedió y el trabajo incansable acompañó una idea entre un grupo de amigos de la facultad. Épocas donde la militancia rentada era mal vista, cuando honrar a los 30 mil era un terreno por ganar, tiempo donde las barriadas empezaban a generar protagonismo y una voz colectiva que crece hasta la actualidad.
Pasamos de ser una revista de Zona Sur, anclada en Lomas de Zamora y alrededores, a pelearle mano a mano a las grandes editoriales con nuestros temas y nuestrxs autorxs. Gracias a la genialidad del mejor de los nuestros (Hugo Montero, por si algún distraído no lo sabe) construimos una manera de comunicar diferente. Primero en revistas, luego en libros y también en ese mundillo loco que son las redes sociales. SUDESTADA construyó un nosotros, nos excedió, nos elevó, nos dió un refugio. Acá seguimos, pese a todo, pese la la falta de compañeros irreemplazables, pese a miles de excusas que no tienen sentido. Sudestada nos convoca, una vez más, a dar la pelea por un periodismo acorde a la memoria, verdad y justicia de nuestro país. A veces lo logramos, otras veces lo intentamos.
Brindamos con ustedes amigxs. Lo que somos y lo que seremos será gracias a que están ahí, a la espera de algo que nos cuesta describir, antes en los puestos de diarios y ahora en los celulares, en las librerías o en las ferias donde cruzamos historias y abrazos.

Anterior

Me verás volver

Próxima

Presentación de “Palo Pandolfo: De la noche a la mañana” en el Recoleta